El programa del Gobierno para facilitar las compras de máquinas por parte de docentes es la plataforma de despegue para un sector que había caído en desgracia.
“Las empresas se están volviendo a poner en marcha, comienzan a tomar gente y a comprar insumos”, dice Guillermo Freund, integrante de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnica (Cadieel), en relación a la situación de las firmas del sector de la electrónica, que se redujeron drásticamente en los últimos años a partir de la decisión del gobierno anterior de rebajar a cero los aranceles de importación.
El impulso ahora viene dado por el programa del Ministerio de Educación dirigido a la adquisición de computadoras por parte de los docentes. Por ahora, parte de la demanda se va a cubrir con artículos importados, pero los empresarios locales aseguran que pueden empezar a desarrollar a precios competitivos en un mix entre la importación de las piezas de mayor contenido tecnológico junto a la producción local de ciertos componentes.
Si bien el sector sabe que la etapa de la protección comercial prácticamente total del segundo mandato de Cristina Fernández no volverá, esperan que el gobierno actual suba los aranceles de importación desde cero hasta 16 por ciento, lo cual mantendría un equilibrio con el esquema que tiene Brasil.
Créditos para computadoras
El Ministerio de Educación que encabeza Nicolás Trotta lanzó recientemente un programa de créditos al 12 por ciento anual otorgados por el Banco Nación para que docentes de todo el país puedan acceder a computadoras en condiciones más ventajosas que las de mercado. Se trata de laptops, computadoras de escritorio y “All in one”.
En una primera instancia se lanzaron 25 mil créditos, que se agotaron en un par de horas. La oferta se va a renovar y se calcula que el volumen del universo elegible para este plan es de 400 mil docentes.
“Hay que recordar que el segmento de las computadoras en la industria de la electrónica quedó prácticamente cerrado después de la violenta apertura comercial del gobierno anterior, que bajó el arancel externo desde el 35 por ciento a cero. Esa medida provocó que el sector se achique desde unos 3500 puestos de trabajo a como mucho 500, destinados a hacer reparaciones y mantenimiento”, explicó Freund.
“Si bien llevará mucho tiempo la recomposición, empieza a haber una demanda que es interesante para la puesta en marcha. Si pensamos en 20 a 30 mil computadoras por mes, son entre 3 y 4 mil por mes por empresa electrónica. Hay voluntad de avanzar en el armado de computadoras con placas y procesadores importados pero algunos componentes nacionales, como cargadores y baterías”, señala Freund.
Mirada de largo plazo
El sector nacional de la electrónica es parte de un debate de larga data entre los industrialistas. El propio ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, consideró en su momento que el régimen de Tierra del Fuego en términos industriales no dio los resultados esperados. El debate tiene que ver con el impacto fiscal del apoyo a esa producción, aunque una buena parte de la industria electrónica está ubicada en el continente y por lo tanto no cuenta con los beneficios. Otro eje del debate es el supuesto encarecimiento de los productos con componentes nacionales.
“En cuanto a los precios, cabe recordar que cuando Macri abrió toda la importación e hizo de goma el empleo local, los precios no bajaron. Las cadenas se quedaron con el margen y hubo costos financieros altísimos. Pero además, con el criterio de que es más barato importarlo desde China, nadie podría trabajar en la Argentina. Con ese argumento, ¿tiene sentido la industria automotriz?”, responde Freund.
“Por otro lado, no sólo el software es muy importante sino también la producción de hardware. La industria electrónica nacional está participando en la producción de respiradores y otros productos de electromedicina, en sistemas para la recolección inteligente de residuos y el estacionamiento urbano inteligente, en la internet de las cosas, biotecnología, conectividad o en las plataformas de control online del vertido de residuos en la cuenca Matanza-Riachuelo. Es tan importante el diseño del software como la integración con el hardware», agrega el empresario.
La industria electrónica forma parte de un grupo de sectores que generan empleo y acumulan capacidades y potencialidad, aunque tienen escasa o nula inserción exportadora y están fuertemente atados a la protección y al impulso estatal. Es un desafío para la política industrial conducir los esfuerzos del sector privado y proteger el empleo mientras se profundiza la mejora de la competitividad sectorial.
Fuente: Página 12