Quienes representan a las empresas pymes nacionales viven con preocupación la guerra del presidente Javier Milei con gobernadores porque, aseguran, la incertidumbre política no les permite a las cámaras sectoriales articular políticas entre las provincias en momentos en que todas las variables de consumo y producción dan negativas.

Mientras Milei prepara la continuidad judicial de su guerra declarada contra quienes gobiernan las provincias vía per saltum a la Corte Suprema para que resuelva el fallo de la justicia federal, la recesión no encuentra piso y las pymes están en la primera línea de combate.

“Estamos preocupados por el clima político enrarecido, no acompaña ninguna medida económica que pueda implementarse. No favorece una coyuntura que indica, casi con certeza que, si todo sigue igual, en marzo vamos a tener despidos y cierres de negocios”, dijo Salvador Femenia, secretario de prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

“En las cámaras sostienen que ya no hay ninguna medida que permita amortiguar la crisis, pero tampoco hay ámbitos posibles para construirlas. Cómo va a hacer un funcionario provincial para articular con su par del gobierno nacional en medio de la tensión política”, se preguntó.

El caos político golpea a las pymes

Un síntoma del caos político: esta semana renunció el subsecretario pyme nacional Daniel Ibáñez, quien salió disparado del cargo que había aceptado hace apenas veinte. Otro: una representante de una cámara pyme se sacó una foto con integrantes del gobierno de una provincia y recibió un reproche de parte de un funcionario nacional.

“El discurso político se está llevando puesto la mayoría de los otros temas”, dijo José Tamborenea de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL) y agregó: “En el gobierno nacional faltan interlocutores, hay preocupación en el empresariado”.

Representantes de otra cámara pyme, que tenían agendado un encuentro -ahora trunco- con Ibáñez, explicaron que “el intercambio fallido del Poder Ejecutivo nacional y las provincias no ayuda a las inversiones. Al contrario, la preocupación del empresariado es definir una política industrial, pero eso depende de ordenar la política como marco para la gestión”.

La comisión directiva de CAME se había reunido con Ibáñez y el secretario Pyme, Marcos Ayerra, con quienes abrieron una agenda de trabajo que ya fue cancelada. Los dos funcionarios dependen del ministro de Economía, Toto Caputo y del coordinador del área, Juan Pazo.

Pymes sin agenda

En la agenda quedaron pendientes, por ejemplo, la preocupación del empresariado de la construcción que, además del parate total de la obra pública, le quedó sin cobrar obras que fueron certificadas en la gestión de Alberto Fernández. “Tienen sumas a cobrar, la plata no llega realmente y ellos tienen trabajadores esperando”, dijo Femenia de CAME.

Tamborenea, de Cadieel, explicó que en el marco de la recesión, su sector está golpeado por el freno total de la obra pública. Fabrican los aparatos eléctricos y transformadores para esos proyectos.

Integrantes de Cadieel que producen elementos electrónicos advirtieron que la desaparición del Plan Conectar Igualdad, para entregar netbooks a estudiantes de escuelas públicas dejó a diez fabricantes de computadoras con boletas sin cobrar y sin interlocutores válidos: “Ni una puerta donde golpear”.

El agobio fiscal de Javier Milei

“Es difícil competir, hay un agobio fiscal de las pymes. Además tenemos que seguir aguantando el problema histórico de los insumos, que pagamos el doble que en otros países. Sin embargo, las grandes discusiones que propone el Gobierno y los medios son otras. No se discute lo importante”, se quejó Tamborenea.

“La preocupación es inmensa también por el contexto internacional. Hay un viento de proteccionismo en el mundo que está recuperando fuerza y no sólo en Estados Unidos. México se fortalece con nuevas regulaciones para comprar acero local; Europa con los productores que se oponen al acuerdo con Mercosur; o Brasil que lanzó un plan de u$s60.000 millones para defender e impulsar la industria brasileña.

Para las cámaras pyme la recesión, la baja de consumo, el aumento de tarifas y el incremento del precio de los alquileres de los comercios son problemas que se potencian bajo la incertidumbre política que transmite la gestión oficial, en la que funcionarios no llegan a hacer pie y se van.

Fuente: LETRA P